En Alcuéscar, los alumnos entrevistaron a una Asociación de Folclore Extremeño y se llevaron los micros más allá del centro para preguntar a sus abuelos por tradiciones y cultura que formaban parte de sus vidas en épocas ya pasadas.
Por nuestra parte, en el Aula de Trujillo nos centramos en lo más puramente lingüístico y estuvimos reflexionando sobre localismos, es decir, palabras que son propias de la ciudad. Además, para enriquecer la charla, introduje también vocabulario propio de un pueblo a 37 km de Cáceres (Navas del Madroño): mi pueblo.
Lo curioso de ello es que esta entrevista nos hace pensar cómo a tan pocos km unos pueblos de otros, incluso perteneciendo a la misma comarca, misma provincia y misma Comunidad, existen palabras que resultan desconocidas entre nosotros (usuarios del habla extremeña). Esa es la verdadera belleza de las lenguas: su constante transformación.
Vamos a escuchar nuestra intervención.
"La Familia"
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